Espacios exteriores de la escuela Baldiri Reixac

Los patios de los colegios se habían transformado en espacios esterilizados dedicados al monocultivo de la pelota. En pro de la seguridad del espacio, se condicionaban formas predeterminadas de jugar. En pro de la limpieza, se acotaba el verde y se expandía el asfalto.

La infancia necesita de espacios donde poder desarrollarse socialmente y poner a prueba su creatividad y sentidos. Espacios que favorezcan la relación en grupo, la espontaneidad y la libre apropiación y pertenencia: que inviten más que condicionen.

Los patios de los colegios deben ser espacios fértiles para el juego: incorporar vegetación, dejar espacio para la experimentación, cultivar un huerto… Al fin y al cabo, el recreo no es más que el espacio de aprendizaje de la convivencia y de la relación con el mundo.